Edad Media

La historia de la humanidad fue dividida en función de periodos o etapas marcadas por diferentes momentos trascendentales y contundentes propios de su evolución. Asimismo, esta periodización ha permitido una mayor facilidad en la caracterización de la historia.

Posterior a todos los cambios económicos, políticos, sociales y culturales propios del proceso de industrialización y de la entrada de la Edad Moderna, se ubica una etapa histórica denominada Edad Media o también llamada Medioevo.

La desintegración del Imperio Romano de Occidente en el año 476 marcó el fin de la Edad Antigua y se ofrecieron las condiciones para el inicio de la Edad Media, que perduró hasta el siglo XV.

Etapas de la Edad Media

Aunque en sí misma, la Edad Media es una etapa histórica, existe una subdivisión de la Edad Media en etapas en virtud de algunos acontecimientos de carácter histórico.

La Alta Edad Media comprende los primeros siglos del medioevo, aproximadamente entre el V y el X. Mientras que la Baja Edad Media se circunscribe a los siglos XI y XV, que constituyen los últimos de esta esta etapa de la historia.

Por tratarse de los inicios de la Edad Media, el primer periodo estuvo marcado por grandes transformaciones socioculturales e importantes luchas de poder. Sin embargo, la clase privilegiada de esta época estuvo constituida por el rey, el clero y los nobles; mientras que los vasallos y los campesinos eran la clase social más desposeída.

Por su parte, la Baja Edad Media tuvo entre sus características la sustitución de la esclavitud por la expansión del feudalismo, el surgimiento de la clase social burguesa y el crecimiento del cristianismo a partir de las cruzadas, que eran expediciones con fines religiosos y militares.

Los últimos siglos de esta etapa estuvieron signados por la presencia de grandes pestes que debilitaron a la población, una disminución considerable de la producción agrícola y, por lo tanto, la pérdida de la bonanza económica que se había mantenido.

Características de la Edad Media

Arquitectura con fines bélicos: en materia arquitectónica, las construcciones de la Edad Media estuvieron influenciadas por las actividades bélicas que cobraron lugar en las ciudades, por lo que se observa la existencia de infraestructuras como castillos, murallas, fortalezas y puentes que servían como defensa. Los castillos construidos para los señores feudales no solo eran su residencia, sino que estaban destinados a protegerse de los ataques y servían como base para las operaciones militares.

La agricultura como base de la economía: hasta el surgimiento de la Edad Moderna, la economía estaba basada fundamentalmente en la producción agrícola. Esta producción se hacía mediante mecanismos de siembra y cultivo bastante rudimentarios, por lo que, en muchos casos, solo servía para abastecer el consumo propio.

Aparece el feudalismo: el modelo de producción sufrió un cambio durante la Edad Media, a partir de la eliminación del trabajo de los esclavos en la agricultura. En sustitución, el rey otorgaba extensiones de terreno o feudos a los nobles y guerreros con el fin de que éstos encargaran la producción de las tierras a los campesinos. A cambio de vivienda y de protección, los campesinos producían las tierras y le entregaban al patrono la mayor parte de la producción.

Guerras constantes por la tierra: debido a que la economía estaba fundamentada por la agricultura y que la posesión de tierras cultivables era parte del modelo económico-productivo que imperaba, se desencadenaron grandes luchas armadas para tomar posesión de grandes extensiones de terreno de forma violenta, puesto que una mayor disponibilidad de tierras daría lugar a un mayor crecimiento económico.

Mayor desigualdad social: la aparición de nuevas formas de producción trajo consigo la constitución de nuevas clases sociales, fundamentadas en el acceso a recursos monetarios o en la religión. La desigualdad social se hizo sentir principalmente por la existencia de una estructura piramidal que incluía al clero y la nobleza por encima, para luego ubicar a los campesinos.

La religión como centro: en la Edad Media se desarrolló con mayor ahínco el teocentrismo, que consiste en tomar la religión como punto de partida para el resto de la organización social. La iglesia, entonces, constituía el centro de la vida pública e influía directamente en todos los ámbitos de la sociedad. La importancia de la religión y el afianzamiento del catolicismo permeó aspectos como el arte en la Edad Media, al punto de que las escenas de la biblia se convirtieron en representaciones pictóricas trascendentales para la época.

Poder repartido: a pesar de que en esta etapa había una predominancia de los reinados y la presencia de los monarcas en el ejercicio del poder, los nobles y guerreros tenían un gran poder dentro de la estructura social debido a su papel en la defensa de las casas reales y las tierras. Asimismo, el clero ostentaba poder debido al modelo teocéntrico que operaba en la época.

Fin de la Edad Media

Algunos historiadores sitúan el fin de la Edad Media en el inicio del proceso de colonización en 1492, mientras que otros lo ubican en la caída del Imperio Romano de Oriente.

El colapso de la Edad Media estuvo provocado por varios factores. Desde el punto de vista económico, la tendencia recurrente de malas cosechas y el aumento en los precios de los insumos para la siembra, afectaron gravemente la economía agricultora de la época.

Esto trajo como consecuencia una grave crisis, que afectaba principalmente a los sectores más bajos de la estructura socioeconómica.

Sumado a la crisis económica, se destaca el surgimiento de grandes pestes y enfermedades que abatieron a la población. Los resultados de una disminución de la población de hasta un 50 % producto de las pestes se vieron reflejados en una enorme presión social que debilitó el modelo feudalista y provocó grandes luchas de los campesinos frente al poder feudal.

Así mismo, la aparición de industrias y fábricas en las ciudades, provocaron la migración de los campesinos hacia los centros urbanos en busca de mejores condiciones laborales y de vida, lo que serviría de base para el inicio de la Edad Moderna.

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