Contaminación del agua
El agua es uno de los elementos naturales primordiales para sustentar la vida en el planeta Tierra, ya que todos los seres vivos están compuestos de agua en una alta proporción por una parte, y por otra la necesitan para continuar viviendo. No obstante, debido al crecimiento y progreso humano, este recurso tan valioso enfrenta un problema fundamental: la contaminación del agua.
¿Qué es la contaminación del agua? Por lo general, significa que una o más sustancias se han acumulado en el agua hasta tal punto que causan problemas para los seres vivos. La contaminación del agua es la modificación de las condiciones de la misma, que puede proceder de fuentes naturales o de actividades humanas. En el contexto actual, la más importante es la provocada por el hombre, que la vuelve nociva para el consumo humano, las plantas y los animales.
En nuestro planeta no toda el agua es apta para el consumo humano. El 97,5% es agua salada de los mares y el resto es agua dulce que procede de los glaciares, embalses, arroyos, lagos y ríos. Solamente tenemos disponibles para nosotros una proporción mínima de agua dulce.
La industrialización es el problema más grave, se puede observar específicamente en los países en vías de desarrollo. Por ello, es vital conocer las principales amenazas sobre la calidad de las aguas para que podamos contribuir a la solución o disminución de las mismas.
Causas de la contaminación del agua
El principal causante de la contaminación del agua es el ser humano, por medio de muchas formas: con el vertido de desechos industriales, tales como fertilizantes, pesticidas o químicos; por el aumento de las temperaturas, provocando la alteración del agua al disminuir el oxígeno en su composición; a causa de la deforestación, que origina la aparición de sedimentos y partículas o bacterias bajo el suelo que son arrastradas a las aguas, esta última es la mayor fuente de contaminación de las aguas.
El agua brinda energía a la industria con el fin de satisfacer las necesidades de una población en continuo crecimiento, también es necesaria para cultivar y procesar alimentos. El manejo inadecuado de las aguas residuales agrícolas, urbanas e industriales, conlleva a que miles de personas se vean peligrosamente contaminadas o polucionadas químicamente al consumirlas.
La contaminación del agua se genera por varios tipos de vertidos: aguas de proceso, aguas fecales y aguas blancas
El primero depende del proceso productivo industrial que vierten compuestos orgánicos como: petróleo, gasolina, plásticos, disolventes, detergentes, entre otros, y tardan por ser estructuras moleculares complejas mucho tiempo en descomponerse.
El segundo es generado en los aseos a aguas residuales domésticas. Mientras que las aguas blancas, por su carácter previo a la potabilización se les suele llamar “aguas crudas”, que son la base de la producción de agua para el consumo humano.
Las gestiones de forma inapropiada en cuanto a los servicios y saneamiento del agua exponen a la población a microorganismos patógenos (bacterias, virus, protozoos y otros organismos) que transmiten enfermedades prevenibles para su salud como el cólera, tifus, diarreas, gastroenteritis diversas, disentería, hepatitis A, la fiebre tifoidea, la poliomielitis, entre otros. Casos que pueden ser observados en los centros hospitalarios, donde tanto los pacientes como los profesionales quedan expuestos a mayores infecciones cuando no existen servicios adecuados de higiene y suministro de agua. Asimismo, estos microorganismos llegan muchas veces mediante los alimentos y dañan nuestro cuerpo.
Otra de las causas de la contaminación del agua es la deforestación, pues se acumulan desechos que proliferan las bacterias que agotan el oxígeno, y ya no pueden vivir los seres acuáticos que necesitan oxígeno. Aparte se encuentra la creciente demanda de la pavimentación y construcción de edificios, lo que produce que los suelos en esas zonas se vuelvan vulnerables, afectando el ecosistema. Esto favorece que las aguas saladas se filtren por debajo contaminando las aguas dulces.
Algunas medidas preventivas
- Plantar árboles en las orillas de los ríos o lagos, ya que cumplen con la importante misión de conservar el agua, la flora y la fauna que conforman los ecosistemas naturales.
- Restringir el uso de materiales industriales peligrosos o tóxicos, con ello proteger los recursos naturales y al medioambiente en general.
- Disminuir el uso de combustibles fósiles.
- Reducción del uso de los productos químicos en las plantaciones a través de productos de origen biológico que promuevan el desarrollo de las plantas y mejoren su metabolismo, convirtiéndolas más resistentes ante condiciones adversas, como sequías o plagas, y contribuyen al control de las plagas de manera eficaz y sana.
- Controlar los vertidos de aguas residuales, por medio de la depuración para eliminar los contaminantes presentes en el agua. Se pueden usar desde procesos físicos como la sedimentación, hasta complejos procesos físicos (filtración, evaporación), químicos (precipitación química, reducción electrolítica) y biológicos (lodos activos, filtros bacterianos).
Efectos de la contaminación del agua
Primero, el consumo de agua contaminada aumenta las enfermedades y altera la cadena alimentaria del ser humano; aparte la desaparición de la biodiversidad y los ecosistemas acuáticos.
Por todo ello, debemos garantizar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el saneamiento para todos. No desechar productos o desechos a las aguas, pues eso puede alterar los niveles normales del agua, y con ello poner en peligro la vida de seres vivos.
Existen diversos procesos de limpieza que pueden realizar los océanos, mares, lagos, ríos y otras aguas interiores naturalmente hacia una cierta cantidad de contaminación dispersándola inofensivamente.
Finalmente, se debe plantear y prestar atención en qué planeta queremos vivir. El uso adecuado de la tecnología podría hacer el bien y salvar al medio ambiente. Con ello aportamos nuestro granito de solidaridad con el ecosistema, podemos ser parte de la solución y así podremos ver los resultados a largo plazo.
El agua es un recurso no renovable y es el sustento fundamental de la vida en el planeta Tierra, cuidarla debe ser nuestro compromiso y las principales organizaciones a nivel mundial ya se están ocupando de ello; sin embargo, el cambio debe comenzar desde casa. Si la información que compartimos te fue útil, no olvides compartirla.
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