Química orgánica
Con un origen científico ubicado en la alquimia –que constituye el pasado remoto de un conjunto de prácticas científicas asociadas a la química de hoy día-, la química es la ciencia que estudia a la materia, tanto en su composición, como en su estructura y propiedades.
En la búsqueda por encontrar explicaciones más exactas a los fenómenos observados en la materia, la química se subdivide en ramas o áreas según el tipo de materia o de estudio.
La química orgánica y la inorgánica, la bioquímica, la fisicoquímica y la química analítica, resaltan entre las ramas más importantes de esta ciencia. En el caso particular de la química orgánica, esta se encarga de estudiar los compuestos orgánicos.
En 1807, el científico Jöns Jacob Berzelius establece una clasificación de los productos químicos. Según esta clasificación, los productos orgánicos están definidos por su procedencia en los organismos vivos, mientras que los inorgánicos provienen de la materia inanimada.
¿Qué hace la química orgánica?
A partir de la clasificación de Berzelius fue posible hacer una primera distinción del tipo de compuestos que se encarga de estudiar la química orgánica, definiendo, en principio, que se trata de aquellos que provienen de organismos vivos, tanto plantas como animales.
En 1828, el químico de origen alemán Friedrich Wöhler realizó un experimento en el que mezcló dos compuestos inorgánicos -ácido ciánico y amoniaco- para obtener cianato de amonio. Esta sustancia la sintetizó mediante técnicas comunes de laboratorio y obtuvo urea, una sustancia encontrada comúnmente en la orina animal y clasificada como un compuesto orgánico.
Con la obtención artificial de ese compuesto orgánico, fue posible refutar la llamada teoría de la fuerza vital, que partía de la idea de que los compuestos orgánicos solo podían provenir de animales o plantas.
Al trabajo de Friedrich Wöhler le siguió el del químico británico William Perkin, quien en un intento por estudiar la quinina en 1856 fabricó por accidente el primer colorante orgánico, que pasó a ser conocido como “la malva de Perkin” y representó un gran aporte para el estudio de los compuestos orgánicos de origen sintético.
La cantidad de compuestos orgánicos, tanto de origen natural como sintético, es prácticamente incalculable, al punto de que ya en 1880 se contabilizaron más de 15 mil en el Manual de Química Orgánica y ya en 1920, esta cifra se había triplicado.
El carbono como base de la química orgánica
La presencia del carbono -representado en la Tabla periódica de los elementos con el símbolo C- en la mayoría compuestos orgánicos ha supuesto que la química orgánica también sea conocida como la química del carbono.
Precisamente, de las propiedades del carbono se desprende la gran cantidad de compuestos agrupados dentro de esta rama de la química. Partiendo de esto, se logró encontrar que existen numerosas moléculas que forman enlaces covalentes a partir del carbono, por lo que es posible encontrar compuestos orgánicos formados por carbono-carbono y carbono-hidrógeno, fundamentalmente.
El carbono es el elemento estelar en la química orgánica, sobre todo debido a sus características químicas. Como es sabido, los átomos de carbono cuentan con cuatro electrones en su capa de valencia, lo que, según la llamada regla del octeto, implica que necesita formar cuatro enlaces con otros átomos para poder completarla.
La tetravalencia del carbono permite entonces la formación de enlaces covalentes que posibilitan lograr una configuración estable de forma sencilla con otros carbonos. De esta manera, ofrece la posibilidad de formar cadenas abiertas que pueden ser lineales o ramificadas y cerradas (anillos).
El pequeño tamaño del átomo de carbono es una de las características que también posibilita la formación de enlaces dobles y triples, puesto que los otros átomos pueden aproximarse suficientemente a ellos.
Asimismo, otro de los elementos que facilitan el establecimiento de enlaces covalentes en el átomo de carbono es su electronegatividad intermedia, que está relacionada con su capacidad para formar enlaces covalentes con metales y no metales.
Aunque la presencia del carbono es fundamental en la química orgánica, el estudio de óxidos, sales y otros productos derivados del carbono son objeto de análisis de la química inorgánica, debido a sus características.
Características de la química orgánica y sus compuestos
Una vez superada la idea de que los compuestos orgánicos solo podían ser encontrados en la naturaleza animal o vegetal, los compuestos orgánicos elaborados mediante procesos químicos comenzaron a engrosar una larga lista.
Sin embargo, la distinción entre química orgánica e inorgánica ha permanecido en el tiempo por su valor metodológico en el estudio de los compuestos químicos, más que por la marcada existencia de un límite entre ambas.
Hay varias razones para seguir ofreciendo una distinción entre la química orgánica e inorgánica y obedecen principalmente a sus características particulares:
1. La química orgánica cuenta con sustancias que contienen carbono, nitrógeno, hidrógeno, fósforo, hierro, azufre y calcio, mientras que en los compuestos inorgánicos participan la mayoría de los elementos de la tabla periódica.
2. Los compuestos orgánicos son insolubles al agua y no resisten al calor.
3. Los compuestos orgánicos tienen un muy alto peso molecular.
4. La química orgánica incluye compuestos como carbohidratos, proteínas y vitaminas. Pero la inorgánica tiene compuestos como óxidos, anhídridos, hidróxidos, sal e hidruro.
5. La velocidad de las reacciones de los compuestos orgánicos es lenta, mientras que la de los inorgánicos es muy rápida.
¿Para qué se usa la química orgánica?
Por el hecho de provenir fundamentalmente de moléculas de carbono e hidrógeno, los compuestos orgánicos tienen presencia en casi todos los aspectos de la vida humana y animal.
La química orgánica ha hecho grandes contribuciones en el estudio de la composición de los alimentos, la estructura del ADN, las proteínas, enzimas, hormonas, azúcares y vitaminas. Todas ellas importantes para la vida, tanto vegetal como animal.
Muchos productos que usamos comúnmente forman parte de los compuestos orgánicos que han sido estudiados y descubiertos desde la química. Algunos de estos productos son detergentes, jabones, pinturas, colorantes, plásticos, entre otros.
En industrias como la farmacéutica y la petroquímica, también se halla un campo prolífico para el estudio y aplicación de la química orgánica. Es así como los alcoholes, medicamentos, el petróleo, el gas doméstico y muchos otros compuestos necesarios en la vida cotidiana han sido área de interés desde la química orgánica.
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