Comunismo

El comunismo es una forma de organización sociopolítica que surge en oposición y persigue desplazar al capitalismo, que es un sistema socioeconómico basado en la producción y reproducción del capital. El comunismo se basa en la erradicación de las clases sociales de la estructura social, el fin de la propiedad privada, y la implantación de medios de producción colectivos o comunitarios planificados de forma ordenada.

De esta manera, el comunismo como término proveniente del vocablo “común” señala la existencia de un orden político, económico y social fundamentado en la propiedad colectiva de los bienes de producción y de consumo, por lo que promueve una repartición equitativa del trabajo y de las riquezas provenientes de los medios de producción.

Los orígenes del pensamiento comunista se remontan al siglo XVI bajo los preceptos de la posesión comunitaria de los medios de producción que se dieron con las utopías del colectivismo agrario. De igual forma, durante la Revolución Francesa –acontecida entre 1789 y 1799– surgieron movimientos que propugnaban la eliminación de las desigualdades en el acceso a los medios de producción y la existencia de clases sociales.

Es en los inicios del siglo XIX cuando el comunismo se adoptó como un complejo modelo económico basado en la industria, debido a la influencia de corrientes como el socialismo utópico y el anarco-comunismo. Sin embargo, la corriente que obtuvo mayor popularidad y aceptación fue el llamado “socialismo científico”, que surge a partir de los postulados propuestos por los intelectuales alemanes Karl Marx y Friedrich Engels.

La influencia de Marx

A partir de 1841, Karl Marx comenzó a sentar las bases del comunismo y del socialismo como punto intermedio o etapa de transición para salir del modelo capitalista y llegar al fin último de la revolución que sería el comunismo. Para este autor, el sistema capitalista implica la existencia de la opresión en el marco de las relaciones de producción, puesto que en ellas se expresa una estructura social basada en la desigualdad, en la lucha de clases.

Precisamente, sería la opresión y la lucha de clases lo que daría como resultado la aparición de una conciencia colectiva que se expresara mediante la conformación de un movimiento social de tipo revolucionario. Esta concepción revolucionaria del curso de la historia que fue adoptada por el comunismo, implicó la creación de un partido político único que serviría para darle cohesión y unidad a los movimientos sociales.

La influencia de la obra de Marx en el comunismo ha provocado la creación de la corriente marxista, que surge de los principios propuestos por Karl Marx y que fue el punto de partida para los gobiernos socialistas y comunistas de la historia contemporánea.

Un ejemplo de ello fue el gobierno socialista de Vladimir Lenin, quien encabezó buena parte del pensamiento revolucionario que tuvo como antecedente la abdicación del zar Nicolás II y que llevó al derrocamiento del gobierno provisional de Rusia. En octubre de 1917 y luego de la llamada Revolución rusa, se instauró el primer gobierno socialista del mundo bajo el mandato de Lenin.

En ese entonces, el liderazgo sostenido entre los comunistas condujo a la creación de un partido único a nivel mundial que se llamó Internacional Comunista. Asimismo, los aportes de Lenin al marxismo, a través de teorías sobre el imperialismo, el capitalismo, la creación de un partido único, la conquista del poder político por las clases explotadas, los modos de producción y la participación del Estado; hicieron posible la creación de la corriente leninista, también llamada marxismo-leninismo.

Características del comunismo

Aparece la noción de plusvalía: este término es vital en la doctrina comunista y está referido a los excedentes entre el pago que recibe un trabajador por la ejecución de una tarea y el dinero que recibe el propietario por el bien o servicio desempeñado por el trabajador.

El principal inconveniente de la plusvalía, según el comunismo, es que no hay una relación proporcional entre el valor del trabajo y el excedente que percibe el propietario, sino que, por el contrario, lo que percibe el asalariado es una ínfima parte del valor total de su trabajo.

La generación de plusvalía es una característica principal del modelo capitalista, por lo que a través de su generación mediante la propiedad de los medios de producción les ha permitido a los grandes capitales hacerse de riquezas, en detrimento de la clase trabajadora.

La infra y superestructura: entre los planteamientos comunistas de Marx resaltan los términos infraestructura y superestructura. El primero está representado por la lucha de clases, principalmente entre la burguesía, que ostenta las riquezas y los medios de producción, y el proletariado, que constituye la fuerza de trabajo. Pero es la explotación del proletariado por parte de la burguesía lo que Marx denominó infraestructura.

La superestructura, por su parte, corresponde a los órganos que ofrecen las condiciones necesarias para que la explotación de la burguesía sobre el proletariado pueda ocurrir. Para Marx, sería el Estado, el marco jurídico, la religión, la cultura, entre otros, los órganos sociales que justifican la legitimidad de las relaciones de poder y dominación sobre el proletariado.

La revolución comunista: la manera en la que el comunismo concibe la salida al capitalismo y, por ende, a la explotación de los trabajadores por parte de la burguesía, es mediante la generación de una conciencia colectiva que conduzca a la revolución del proletariado.

De esta forma, el objetivo de la revolución comunista consistiría en dar por terminada la existencia de la propiedad privada de los medios de producción y que sea la misma clase obrera o proletaria quien asuma el control de los medios de producción y de la riqueza que se genera a través de ellos. Todo esto llevaría al fin del sistema capitalista y la desigualdad social que promueve.

Participación del Estado: en una sociedad comunista, en la que no existe la propiedad privada, la participación el Estado es limitada o nula. Debido a que el Estado forma parte de la superestructura, la forma en la que es concebido debe transformarse para tener cabida en una sociedad comunista. En este caso, le correspondería administrar y distribuir los medios de producción de manera tal que la población pueda vivir en igualdad de condiciones.

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