Testosterona
La testosterona es un hormona esteroidea sexual o gonadal perteneciente al grupo andrógenos y estrogénicos, presente en los vertebrados como los mamíferos, aves y reptiles.
La testosterona es una hormona presente en los animales vertebrados. En los peces se genera una pequeña variación llamada cetotestosterona, un tipo de testosterona oxidada actúa en los peces como una hormona sexual androgénica endógena.
En cuanto a los insectos estos secretan una prohormona denominada ecdisoma dicho esteroide generalmente se refiere a las hormonas sexuales.
¿Dónde se produce la testosterona?
La testosterona se secreta en los mamíferos fundamentalmente en los testículos de los machos y en las hembras en los ovarios, también en las glándulas suprarrenales se producen pero en menores cantidades.
Se puede decir que la testosterona es una hormona sexual específicamente masculina y es un esteroide anabólico también conocidos técnicamente esteroides anaeróbicos androgénicos; pero no debemos olvidar que en las féminas también está presente aunque en niveles muy bajos.
En el desarrollo masculino la testosterona juega un rol primordial desde antes de su nacimiento y se ve reflejado en la etapa de la pubertad cuando organismo se comienza a madurar para alcanzar la adultez.
Funciones de la Testosterona
Se desarrollan de los órganos sexuales o tejidos reproductivos masculinos como lo son los testículos y la próstata.
Favorece en crecimiento y tonificación de la masa muscular.
Crecimiento de vellos en todo el cuerpo.
Cambia el timbre de voz (engruesa la voz).
Ayuda a ejecutar actividades físicas porque provee el estimulo requerido para llevar acabo ejercicios; evidenciándose en una mejor apariencia física, mayor fuerza y resistencia.
Reduce el tiempo de recuperación después de realizar un entrenamiento bien sea de tipo: aeróbico o anaeróbicos.
Aumenta la densidad mineral ósea contribuyendo a la prevención de enfermedades como la osteoporosis.
Favorece la fabricación de glóbulos rojos.
Estimula la memoria e incrementa la concentración.
Mejora el aspecto de la piel.
Incrementa de forma favorable a la acción de la insulina en el organismo.
Contribuye en el adecuado funcionamiento de órganos como el hígado.
Disminuye la cantidad de grasa corporal en especial la abdominal.
Sin embargo la función más relevante o principal de la testosterona si se quiere, está en el terreno sexual, por ser la hormona que regula el apetito o deseo sexual, beneficiando la formación correcta de los espermatozoides y combatiendo la disfunción eréctil.
La Testosterona en la Mujer
Como lo señalamos anteriormente la testosterona en las mujeres se origina en sus ovarios y en las glándulas suprarrenales, los niveles de la hormona suben durante la pubertad y el embarazo de forma natural y los mismos decrecen con la edad y la aparición de la menopausia.
La concentración de testosterona en el plasma sanguíneo de una mujer adulta en promedio es diez veces menor que en el plasma sanguíneo de un hombre adulto, tal vez porque el metabolismo masculino consume mucho más testosterona que el metabolismo de las féminas.
Esto se traduce a que diariamente los hombres secretan aproximadamente veinte veces más esta hormona que las mujeres; siendo las mujeres muy sensibles a la testosterona, es decir, a niveles más altos de la misma se presentaría efectos secundarios o no deseados.
Síntomas de niveles altos de testosterona en la mujer o hiperandrógenismo como también se le conoce:
Perdida del cabello.
Menstruaciones irregulares que la pueden llevar a la infertilidad.
Acné.
Hirsutismo o crecimiento del vello al igual que los hombres.
Virilización: Acrecentamiento del clítoris, voz grave, atrofia mamaria.
Pero sin embargo, una bajada súbita de la testosterona puede afectar y trae consigo los siguientes malestares en las mujeres.
Síntomas de niveles bajos de testosterona en la mujer:
Cambios en los niveles de energía, los que se manifiestan con fatiga y apatía; aunque se esté durmiendo bien.
Trastornos del sueño traducidos en insomnio o despertarse muchas veces en el transcurso de la noche.
Aumento de peso seguido de la pérdida de masa muscular, se evidencia con el aumento de grasa corporal, con preferencia en el área abdominal.
Disminución de libido o desinterés por la intimidad, además de resequedad vaginal y relaciones sexuales dolorosas.
Osteoporosis.
Variaciones de humor como depresión.
Disminución de la concentración mental.
Periodos menstruales irregulares.
Anorgamia es decir, dificultad o incapacidad para alcanzar el orgasmo.
Caída del cabello.
Ansiedad.
Cuando debemos comenzar a controlar los niveles de testosterona presentes en nuestro organismo
Con el transcurrir de los años los niveles de testosterona comienzan a declinar, pero es a partir de los 40 años donde se presenta una pérdida cercana al 10% parcial de la testosterona en el hombre, y alrededor de los 45 años más o menos empieza una mengua de un 1% cada año.
En tal sentido según estudios realizados habría una caída en esta hormona que podría alcanzar y sobrepasar el 20% a los 60 años de edad. Alcanzándose progresivamente una disminución que oscila entre el 30% y 50% a los 70 y 80 años de edad respectivamente.
Así como se observa en la imagen, puede existir una merma en la testosterona libre a temprana edad, por ello se hace pertinente a partir de los 45 años de edad realizarse asimismo, como rutina, la prueba de antígenos prostática (marcador de cáncer de próstata), también es necesario realizarse la prueba que valora los niveles de testosterona libre.
Partiendo de la importancia que tiene esta hormona en el correcto funcionamiento del organismo, tanto para los hombres como para las mujeres es preciso sugerir que deben periódicamente (mínimo una vez al año) efectuar una visita al médico; para chequear dichos parámetros, de manera que puedan tratar dicha carencia de testosterona en caso de ameritarlo.
Si presentas algunos de los síntomas o si cumpliste 40 años de edad es momento de acudir al médico para saber cómo están esos niveles de testosterona.
La alimentación balanceada es esencial para mantener equilibrado de los niveles de testosterona y existe alimentos que aportan nutrientes como el zinc que contribuyen a aumentar dichos los niveles.
Por último, es importante mencionar que el estudio de esta hormona llevó al fisiólogo francés Charles Edouard Brown-Séquard a aislarla en 1889 y desde entonces tenemos los primeros vestigios de lo que se conoce hoy en día como esteroides. Si esta información te fue útil, no olvides compartirla.
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