Egipcios

La civilización egipcia es una de las más antiguas y surgió a partir del asentamiento en las riberas del cauce medio y bajo del río Nilo, en el norte del continente africano. Inmediatamente después del nacimiento de la escritura, tenemos noticias de los egipcios, en el 4000 a.C.. Desde entonces, desarrollaron las ciencias, el arte, la religión y el comercio, llegando a convertirse en una de las civilizaciones más importantes del mundo antiguo.

El territorio en el que se ubicaron era seco y caluroso, al este tenían el Mar Rojo y al Norte el mar Mediterráneo. Asimismo estaban rodeados por extensos desiertos, de manera que el río Nilo jugó un papel fundamental para el desarrollo de esta civilización. De hecho los egipcios llamaron al valle a las orillas del río Kemet que significaba “tierra negra y fértil”.

Acompáñanos a conocer más acerca de esta emblemática civilización.

El faraón: Dios y Rey de Egipto

El término faraón (de origen bíblico) es sinónimo de rey y era la máxima figura de poder gubernamental. Era una persona semidivina que provenía de dinastías y que controlaba la vida en el Antiguo Egipto.

En egipcio, faraón significa “casa grande”, pero el término solo fue usado a partir del Imperio Nuevo (c. 1550 a.C.-1070 a.C.) tras el reinado de Hatshepsut. Por otra parte, a los faraones se les identificaba con el dios Horus (término helénico que significa el elevado; en egipcio el nombre era Hor), que era el dios de los cielos de la mitología egipcia.

Horus por su parte era un ser representado con cabeza de halcón y cuerpo de hombre. Sobre la cabeza llevaba una Corona Doble, que era uno de los símbolos más distintivos de los faraones y dioses del Antiguo Egipto.

Considerando el hecho de que el faraón era un dios o semidios, su sistema de gobierno se basaba en el sistema de creencias religiosas. Desde su nacimiento hasta su muerte, poseía una relación muy estrecha con el resto de dioses de la mitología egipcia. Por tal razón, era incuestionable y sus decisiones infranqueables.

En resumen, los egipcios vivían en una Teocracia, gobernados por un dios.

Dioses de Egipto

Los egipcios tenían un tipo de religión politeísta, adoraban a las fuerzas de la naturaleza y cada una representaba un dios. Asimismo, sus dioses tenían obedecían a una jerarquía que empezaba con Ra a la cabeza. Te mencionamos algunos de los principales dioses de la mitología egipcia.

Ra (dios sol)

Amón (dios del imperio y el patrono de la monarquía)

Anubis (dios de la muerte)

Isis (diosa de la fecundidad)

Osiris (dios del mundo subterránero, que protege a los difuntos en el más allá)

Horus (Señor del cielo y de la realeza)

Seth (deidad malvada, dios del desierto, la guerra y la sequía)

Ptah (dios del universo, creador de la arquitectura)

Thot (señor de la escritura)

Las creencias y rituales que rodeaban a estos Dioses eran el centro de la religión del Antiguo Egipto, que emergió junto con ellos desde la prehistoria. De manera que la mitología egipcia está tan ligada a su civilización que se confunde con su misma historia.

Los egipcios vivían para la muerte

Los egipcios trabajaban muy duro durante su vida a la espera del día de su muerte, pues creían que al morir el alma se desprendía del cuerpo y viajaba hasta la mansión de Osiris. Tenían una creencia arraigada en la vida eterna y hacían lo que fuera para conseguirla. En ese sentido, los hechizos, rituales, construcciones de tumbas magnánimas y procesos para embalsamar a los muertos, eran solicitados por todos los ciudadanos pudientes que querían llegar al reino de Osiris. Incluso, invertían toda su vida y sus riquezas en ello. Por eso se dice que los egipcios vivían para la muerte.

Sin embargo, y según reseña su mitología, el recorrido desde que el alma dejaba el cuerpo hasta que llegaba a dicha mansión era toda una travesía. Por esta razón en las tumbas se dejaba el libro de los muertos, que ayudaba a estas almas a enfrentar diferentes peligros para poder llegar al reino de su dios.

Una vez que llegaban allí, el proceso no terminaba. El alma era presentada ante un tribunal que era presidido por Osiris, quien pesaba con una balanza las buenas y las malas acciones. Si la balanza se inclinaba hacia el lado del bien, Osiris le permitía regresar a su cuerpo, esta vez para vivir eternamente, pero eso sí, el cuerpo debía estar en perfecto estado. De allí es donde surge la idea de la momificación.

Los faraones sobre todo eran los más interesados en tener un lugar de reposo adecuado y mantener su cuerpo en óptimas condiciones. Así que las más grandes construcciones egipcias, las pirámides, a diferencia de otras civilizaciones, no funcionaban como centros de poder sagrado o gubernamental, sino que más bien eran construidas para la muerte de un rey y dios.

Las pirámides

Las pirámides son las construcciones más majestuosas y conocidas de esta civilización. Los faraones se esmeraban en la realización de las construcciones precisas de las pirámides pues estas eran un pasaje hacia el más allá. No se pueden entender las pirámides, sin conocer sus creencias, ya que ambas están relacionadas.

Iniciaban su planificación y construcción desde muy temprana y con grandes ansias, pues como dijimos anteriormente, la vida eterna les esperaba del otro lado.

En el proceso de construcción, miles de manos obreras cargaban gigantescos bloques de piedra que, aun en la actualidad, intrigan a los investigadores sobre el modo de trasportar dichas rocas. Entre las principales pirámides tenemos las tres pirámides de Giza: Jufu (Keops), Jafra (Kefrén) y Menkaura (Micerino); la Pirámide Acodada de Seneferu, en Dahshur; la Pirámide Roja de Seneferu, también en Dahshur.

Dentro de las mismas, los egiptos expresaban sus deseos hacia sus muertos decorando con figuras y jeroglíficos, que además reseñaban la vida y la muerte augurada del difunto.

Dado que se pretendía que la vida del difunto luego de presentarse ante Osiris fuera eterna, las construcciones también debían serlo. Él viviría allí eternamente, así que también debía tener todas sus pertenencias. Este es el motivo por el cual en los enterramientos se introducían muebles, joyas, ajuares, alimentos y entretenimientos o juegos.

 

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