Los hititas

Los hititas fueron asentamientos primerizos, conocidos del mundo antiguo, los cuales aparecieron en Oriente próximo durante el Neolítico.

Es así, como la ciudad neolítica de Çatal Höyük en Anatolia, fue el primer asentamiento importante de todo el mundo.

Y tras ella vendrían otros asentamientos, que fueron convertidos después en ciudades, en la zona de Mesopotamia.

La productiva franja de tierra que se expande entre los ríos Tigris y Éufrates, en la región que hoy en día se conoce como Iraq.

Los hititas, las personas que vivieron en esas ciudades fueron inteligentes e inventivas y a ellas les debemos algunos de los más importantes descubrimientos de la humanidad. Como lo es: El arado tirado por bueyes, la rueda y la escritura.

En su tiempo de mayor esplendor, el imperio Hitita era enemigo de los imperios egipcio y babilónico. Siendo una poderosa fuerza en Oriente Próximo durante aproximadamente 500 años.

Aun así, casi todo lo que podemos saber de su civilización estuvo perdido durante muchísimos años, hasta que recientes descubrimientos arqueológicos pudieron darle a los hititas un lugar en la historia.

El origen de los hititas

La capital de los hititas, Hattusas, está ubicado en el oeste, muy cerca de la moderna ciudad de Ankara, en la Turquía central.

Más sin embargo, los hititas no venían originalmente de ésta región.

Por lo que, se trata de una raza Indoeuropea que procede de las yermas estepas de Asia central, que en algún momento en la historia, se encaminaron hacia el sur hasta asentarse finalmente en una zona de Anatolla llamada Hattu.

Es así, como el nombre de los hittitas, es procedente de la región que ellos conquistaron.

La historia de los hititas

Alrededor del siglo XVIII a. C. los hititas fundaron un reino con capital en Hattusa, que con el pasar del tiempo, llegó a ser una de las grandes potencias de Oriente Próximo, junto a Babilonia, Mitani, Egipto y Asiria.

Los hititas desaparecieron repentinamente de la historia durante la embestida de los pueblos del mar, en 1200 a.C.

La historia de los hititas, se ha dividido en tres partes.

Lo que es el reino antiguo, donde edificaron un poderoso reino.

El reino medio, una etapa bastante oscura y con cierta decadencia. Y el reino Nuevo, en donde pudieron alcanzar la categoría de imperio y su máxima expansión.

Hoy en día se dispone de la necesaria información para desechar la existencia del Reino Medio. Por lo que se habla entonces de una etapa oscura o de decadencia, anterior al Reino Nuevo.

El imperio de los hititas

Los hititas, invadieron la región, que luego empezó a ser conocida como Hatti e impusieron allí su idioma, cultura, y dominio sobre los habitantes originales que hablaban una lengua aglutinante que además no pertenecía al tronco Indoeuropeo.

Así, la primera ciudad que fue establecida por los hititas fue Nesa, poco después conquistaron la ciudad de Hattusa.

Pero solo se conoce de la historia de los hititas hasta el siglo XVII a.C. cuando su principal dirigente, llamado Labarna o Tabarna, fundó el denominado Antiguo Reino de los Hititas. Convirtiendo a Hattusa en su capital.

Labarna prácticamente se apoderó de toda la Anatolia central y expandió sus dominios al mar Mediterráneo.

Seguidamente los sucesores de Labarna, aumentaron las conquistas de los hititas hacia el norte de Siria. Mursil I, conquistó lo que es hoy en día Alepo, en Siria, y arrasó Babilonia.

Después del asesinato de Mursil, continuó un periodo de luchas internas y debilidades externas que culminó durante el reinado del rey Telibinu.

Por lo tanto, para asegurar la estabilidad de su reino, promulgó una estricta ley de sucesión y adoptó medidas contundentes para suprimir la violencia.

La arqueología de los hititas

Actualmente, se conoce muy poco sobre este pueblo.

Los hititas tras su desaparición entraron en el más absoluto olvido hasta el siglo XIX.

Es impresionante para muchos estudiosos, que lo que llegó a construir uno de los mayores imperios de la antigüedad haya pasado totalmente sin llamar la atención durante tantos años y siglos.

Gracias a un gran número de excavaciones, algunas muy importantes como el descubrimiento de lo que sería algo como un “archivo nacional” de Hattusas, y variedades de referencias de origen asirio y egipcio, se ha podido entender su historia y a la vez llegar a descifrar la escritura.

Luego de la caída del imperio, siguieron los problemas y los conflictos. Posteriormente, una diversidad de ciudades-estado hitita, surgieron al sureste de Anatolia y norte de Siria, la más famosa de todas estas fue Karkemish. Estos estados estaban poblados por un grupo étnico diverso denominado siro-hititas, conformado principalmente por hititas, de pueblos pertenecientes al antiguo imperio de los hititas y de los primeros habitantes de ambas zonas.

La unión de la cultura de los hititas en sus ciudades-estado se observa reflejada en excavaciones de otros pueblos como los egipcios. Algunas de estas, fueron abarcadas en el siglo X a.C. por los arameos; todo el resto fueron convertidos en provincias del imperio asirio bajo Sargón II, e inclusive después de que los asirios conquistaras toda Siria.

Religión, arte y cultura de los hititas

Los hititas, veneraban a un sinfín de deidades locales. Una de las frases repetidas en los documentos de estado es una invocación a los “miles de dioses de Hatti”, venerados en Asia menor antes y durante el periodo de los hititas. Varios estudiosos, han encontrado en este pueblo influencias Babilónicas, asiria, hurrita, luvita y otras más extranjeras en el panteón hitita.

Un santuario rocoso de Yazilikaya, cerca de Bogazkoy, tiene una importante serie de relieves hechos en la roca que representan dos largas procesiones de dioses y diosas aproximadamente entre sí.

La mayoría de estos dioses, realmente no han sido identificados, aunque encabezando los dos lados de la procesión existen las deidades hitita con más relevancia: el dios tormenta, o dios del tiempo, y la diosa del sol.

Las respectivas excavaciones en el santuario, sacaron a la luz un tempo construido delante de una cámara; la otra cámara más pequeña parece haber estado dedicada al culto de un rey muerto.

La lengua de los hititas

Los hititas tenían una lengua indoeuropea que se mantenía en las inscripciones cuneiformes de unas estelas descubiertas en excavaciones de Asia Menor, en la región que ocupo la antigua Hatti. Los hititas, el luvio, el palaico, así como el lidio y el licio, conforman la subfamilia anatolia, de las lenguas indoeuropeas.

Los textos hititas de escritura cuneiforme datan del 1600 a.C. y son escritos antiguos que poseen una lengua indoeuropea.

Sin embargo, todavía hoy la lingüística no ha aclarado si fue el grupo anatolio el que se desprendió de la lengua madre, el protoindoeuropeo, o si la lengua hitita fue una de las pocas y primeras lenguas en soltarse del troco y formar por sí misma una lengua totalmente independiente.

Mientras más pasa el tiempo, la comunidad científica encuentra en ésta lengua, numerosas y diversas palabras indoeuropeas de lo que antes se encontraban, pero el origen de otras muchas permanece sin ser identificado.
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