Independencia de México
El proceso de conquista y colonización emprendido desde el continente europeo hacia las Américas marcó la historia de un gran contingente humano que ocupaba los territorios desde épocas tempranas. La ocupación del continente americano por parte de las monarquías españolas, principalmente, signó la historia de países como México, que por más de 300 años fue una de las colonias españolas. En ese entonces, lo que se conoce como México había sido llamado Nueva España.
La guerra de la independencia de México comenzó en 1810 y terminó en 1821 con el triunfo de México sobre los ejércitos europeos.
Antecedentes de la independencia de México
En los inicios del siglo XIX, específicamente en 1808, la invasión francesa en España que implicó la abdicación del rey Fernando VII en favor de Napoleón Bonaparte, supuso una gran incomodidad en los pobladores de Nueva España debido al ejercicio monárquico a cargo de los franceses.
La crisis política generada en la Nueva España por la posesión de los franceses de la corona española, tuvo como resultado que el ayuntamiento de México reclamara la soberanía de esa colonia, ante la ausencia de una autoridad legítima. Esta acción no tuvo una respuesta positiva, pero generó pequeños movimientos independentistas en otras ciudades.
Aunado a esto, los ideales de libertad y soberanía de los países de América ya habían recorrido México y revoloteaban en las mentes de los pobladores de ese país centroamericano. Las ideas provenientes de la Ilustración, ya habían generado en el país una serie de reflexiones sobre la estructura colonial de España sobre México.
La estructura social de la Nueva España estaba signada fundamentalmente por el desprecio a los indígenas que conformaban la clase más desposeída, situación que provocó algunas revueltas. Asimismo, las clases sociales estaban definidas en función de aspectos de orden económico, político y cultural.
Las riquezas estaban en manos de unos pocos, mientras que la pobreza se apoderaba de la mayor parte de la población. Así, las desigualdades e injusticias que imperaban en la Nueva Españaprovocaban grandes confrontaciones desde el punto de vista social, sobre todo entre indígenas, mestizos y criollos. Estos conflictos tenían que ver fundamentalmente con la posesión de las tierras y el acceso al agua.
La supremacía de la sangre española también comenzó a imperar como parte de la estructura social y su ordenamiento se correspondía con el origen étnico de los pobladores. Esto generó un ambiente mayor de desigualdad y exclusión.
La economía de la Nueva España dependía de la minería, sobre todo de la explotación de metales como el oro y la plata. A finales del siglo XVIII comenzó una crisis económica en la Nueva España debido a la reforma de las rentas a la monarquía, lo que se convirtió en un factor de peso para el inicio de la lucha independentista.
Etapas del proceso independentista de México
El grito de Dolores
Las llamadas “Juntas literarias” de Querétaro servían como excusa para la planificación de actividades insurgentes en pro de la independencia de México, pero el descubrimiento de esta situación por parte de los españoles provocó que este movimiento decidiera recurrir a las armas e iniciar la guerra por la independencia.
El cura Manuel Hidalgo y Costilla encabezaría el inicio de la lucha mediante la convocatoria que hiciera a los pobladores de Dolores a sublevarse en contra de la colonia. Este evento, ocurrido el 16 de septiembre de 1810, es conocido como “El grito de Dolores” y fue el punto de partida en la guerra de la independencia de México.
Con las exclamaciones del cura Miguel Hidalgo “¡Mexicanos, viva México!¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Viva Fernando VII! ¡Muera el mal gobierno!”y las campanadas de la iglesia de la ciudad de Dolores, comenzaría el proceso independentista de México del yugo europeo.
Primera etapa (1810-1811)
Ignacio Allende y Miguel Hidalgo encabezaron el movimiento independentista de la Nueva España. A través de una campaña militar comenzaron el recorrido por las diferentes ciudades de México con la imagen de la Virgen de Guadalupe como emblema.
Las clases sociales bajas encabezadas por campesinos, mineros e indígenas fueron los primeros en unirse a los insurgentes para librar la lucha por la independencia, esto a pesar de su escasa o nula preparación en la manipulación de armamento y en el acatamiento de estrategias militares.
Algunos historiadores indican que durante este periodo y a partir de su recorrido por las diferentes ciudades, Hidalgo logró reclutar a unos 70 mil hombres. A pesar de esto, algunas derrotas y los conflictos entre Ignacio Allende y Miguel Hidalgo deterioraron buena parte de las estrategias e intenciones de lucha.
Segunda etapa (1811-1815)
Esta segunda etapa representó un espacio más propicio para la organización de los insurgentes en la lucha por la independencia. Poco antes de que Hidalgo y Allende fueran ejecutados, Ignacio López Rayón fue designado jefe de las tropas insurgentes, lo que marcó el inicio de una fase de ordenamiento interno y la creación de un cuerpo jurídico que le sirviera como sustento.
En esta etapa prevaleció el asentamiento de las bases ideológicas que motivaban el movimiento insurgente. En esta etapa, José María Morelos, un importante líder insurgente, redactó el documento Sentimientos de la Nación, en el que muestra los objetivos de la independencia en oposición a la desigualdad en todas sus formas.
Tercera etapa (1815-1820)
Luego de la muerte de Morelos, inició esta tercera etapa de la guerra independentista. Las luchas aisladas, principalmente hacia el sur de México, fue una de las características de esta época.
Cuarta etapa (1820-1821)
Los estragos provocados por un poco más de 10 años de guerra recrudecieron aún más la crisis económica de la Nueva España. Así mismo, la muerte de unas 10 mil personas había diezmado en buena medida a la población.
Con la entrada en vigencia en España de la Constitución de Cádiz fueron eliminados buena parte de los privilegios de los que gozaba el clero y la aristocracia, por lo que comenzaron a apoyar el proceso independentista.
El 24 de febrero de 1821 se proclamó el Plan de Iguala que estaba constituido por la disposición de tres garantías fundamentales: la religión católica, la unión de los habitantes y la independencia. Con este plan, Agustín de Iturbide, comenzó la campaña militar trigarante el 27 de septiembre de 1821.Su entrada a la ciudad de México sin encontrar ningún tipo de resistencia dio por sentada la consumación de la independencia de la Nueva España.
De esta manera, el acta de la independencia del Imperio Mexicano se firmó el 28 de septiembre de 1821 en el recién nombrado Palacio Imperial.
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